martes, 13 de julio de 2021

Ahota los años son 1940 y 2000

Ahora los años son 1940 y 2000 y busco mujeres del pueblo para mirarlos. Es una relativa trampa en dos sentidos, porque necesitaré observar desde lo alto, ellas no están allí y las naturales a mi disposición pertenecen a Occidente y dejan fuera al grueso del mundo. Hago trampa, entonces, volviendo al menor descuido a quienes suelen guiarme y al sugerir presencias inasibles escondidas tras otras que los libros o el cine reconocen. 

El hollywodenser trailer de esta gran película olvida una escena y no sé si la joven que aparece al segundo 43 es quien debiera, protagonizando a la encontrada por Stone y su pelotón: una fracotiradora solitaria. 

Busco a la madre, sin duda campesina que, después del momento en el cual quiero encontrarla, viviría vaya a saberse cómo la monstruosa campaña francesa en Dien Bien Puh, cuyo fracaso terminaría convocando al ejército estadounidense.

Ya está, forzada hasta el extremo, una figura para nuestro primer año. La otra asoma con Teresa Pàmies, hija de un dirigente local del Bloc Obrer i Camperol, que niña vendía el periódico La Batalla y tras muchos cargos político-sociales se exiliió con quinientos mil republicanos españoles para engrosar casi enseguida el maquí francés contra la invasión nazi.

Mis personajes naturales son Elpidia y Víctor Serge. Ella cuando trabaja para un subcontratista limpiando nuestra oficina. Él, revolucionario profesional, que se prepara a embarcarse en Marsella rumbo a México tras la derrota del gran sueño.

2000

George Bush hijo es electo presidente estadounidense en unas votaciones que, todo indica, se alteraron. A su lado está Dick Chaney, de quien al representarlo después un actor dirá "Gracias a Satanás por inspirarme".

Vladimir Putin se encarga de la ahora Federación Rusa, por secula seculorum, digamos, así el país empiece un cuesta abajo económico incontenible, mientras China da los primeros signos de una recuperación aún más espectacular, si eso cabe.

En México la izquierda "parlamentaria" toca fondo: 17 por ciento de los electores. Hay que atribuirlo al voto útil impulsado por quienes así facilitan la aparición del PRIAN, que dará los pasos iniciales para eso llamado "guerra contra el crimen organizado". Conserva la ciudad capital por pequeño margen (37.75 % contra 34.29 %), desde donde se rehará para seis años después más que duplicar los números nacionales, obligando al segundo fraude durante su corta vida. 

Elpidia trabaja indirectamente para Rosario Robles, quien en suplencia dirige el gobierno capitalino y con justa razón aspira a convertirse en nuestra primera Presidenta. 

Es madre soltera de tres hijos que saca adelante a trancas y barrancas, pues corren tiempos difíciles para los jóvenes: desempleo o empleo depauperado, aunque se tengan licenciaturas universitarias gracias a la huelga desesperada de 1999, que conserva un derecho conquistado hace mucho y necesitado de defenderse cada tanto.

Su muchacha y sus dos muchachos no quieren estudiar. Es mejor ganarse la vida vendiendo cualquier cosa entre comerciantes callejeros que manejan liderazgos y mafias criminales, ambos cada vez más con mayor influencia política y económica, para remedar estilos de vida impulsados por el nuevo modelo.

Apariencias, solo eso importa, gritan las calles, y los tres chamacos creen ocultar su pobre origen con ropa de marca, rostros que borran la procedencia campesina, nalgas y brazos trabajados, aires retadores y efectivos o tarjetas para consumir o invitar cervezas, helados exóticos o piedra, según se conoce aquí al crack del cual Chayny hará una verdadera industria, distribuida entre quienes luego le dejarán pingües ganancias administrando prisiones.

López Obrador anuncia su desprecio por la política laboral y así los nada desdeñables avances de nuestra Subsecretaría son, desde ya, humo. A cambio alentará el cooperativismo que Elpidia echa a andar contra su outsourcing y otras en la administración pública.

-Lucho, luego existo -se dice y extiende el mandato al hogar, que ahora tiene brújula. 

En breve conocerá a Martha, quien se le parece y da una épica batalla contra la Central de Abastos que le encarga limpiar los baños en ese gigantesco mercado, el mayor de América. 

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Se suspende la historia, que hay cosas más apremiantes. Lástima porque éstas se entenderían mejor contándola.