viernes, 8 de abril de 2022

Una Tic semana

Para Última función... o la cajita de P.

Aclaro por enésima vez: no me autobiografío. 

No sueño contigo, ya sabes, Tic, pues Eterna necea. Hoy vino en versión Quedémonos, que no es nueva. Se parecía a mi obsesiva fantasía durante tu reciente "ida" -entrecomillé, eh-. Con cabello corto de medio fleco y aire misterioso, su moreno claro resultará casi costeño natural cuando vivamos en la playa -a una semana tras "resolver" querernos.

Nuestra edad conveniente esta vez andaba por los veinte años, en el ánfora donde ordenaron reunirse para subir a los autobuses. Recién sentarme, a lo lejos indicó que me le acercara. 

-¿Te vas a ir, a desperdiciar el lugar? -preguntó. 

Eché una ojeada al pueblo.

-¿Sugieres quedarnos? -respondí. 

-Sí.

Apenas llegada la noche sabíamos: para estar juntos, nosotros. ¿Cómo no darse cuenta antes? Secreto enormísimo ese, que apareció cuando maduraron mis sueños plácidos. Porque los primeros, ¿recuerdas?,  fueron solo órdenes divinas de corta duración (Primer sueño). La eternidad por sí misma y recreada en la vigilia, en ocasiones durante más o menos largos plazos, vino después. 

¿No basta contigo para una vejez privilegiada en amores, y sexo, como semanas pasadas comprobaron con Amiga, a quien debo un diario, por cierto -y ella recoger las cosas que dejó confiada en tener otra vida (menos ardua) con su pequeña (adoro los paréntesis subsecuentes, permitidos por esas aventuras tras La pasión según FB) ((en donde no estás incluida aunque le diste pie)?

De vuelta recuerdo mis discusiones con el amigo que hace mucho insistía: 

-Solo el amor romántico tiene sentido. 

-Estás loco -contestaba yo. -Cómo compararlo con los hijos o las luchas populares.

Curiosa o sintomáticamente él termino formando parejas institucionales, sin pasión. En cuanto a mí...

Al rencontrarnos escribí sobre nosotros, P:

No es que los días guarden para cada uno de los dos un rincón que el otro ocupa. Esas peculiares circunstancias por las cuales peleamos a solas y unidos, permiten veinticuatro horas tras veinticuatro horas continuas. Como condenados a un leprosario, habitantes de un psiquiátrico o tuberculosos decimonónicos que se indujeron la enfermedad para languidecer sin estorbos. Obligación, preferencia o ambas cosas, da igual. Vinimos adonde nadie más desea y así a quién presumir.   

Loquitos los dos desde niños, en mi caso hice del momento el cobijo al cual quedaba atado como un alambre eléctrico a otro y la vejez lo llevó hasta sus últimas cosas. 

-Morirás pronto -susurra ésta y para mantenerme en pie debo creer que el tiempo circula hacia adelante y atrás interminablemente. Entonces la eternidad no es una fábula.

Madrugada siguiente

¿Y esta crema...? Ah, caray, receta de la dermatóloga. Claro, como gritoneé para que los hijos no me llevaran a dormir esa noche a sus casas, una nuera fue a la farmacia y...

Rasurarse o no, that is the question. ¿Será demasiado rudo para mi nueva zona bigotil?

Habré tenido poca acción estos días en el trabajo, que tocó al descampado entre miles de paisanas y paisanos circulando, pero... 

-¿Dónde comes? -preguntaste, amita. 

-En el buffet chino, ¿te acuerdas?

-¿Todos los días?

-Es la única opción sino quieres gastar mucho.

-¿Te preocupa que vean tu...?, ¿cicatriz?

-Tantito, por momentos. 

-¿Y el hospital?

-Estoy todavía en trámites administrativos. 

-¿Colotas?

-Normales.

-¿Saldrás por cigarros? Van a dar las tres. 

-¿Y? Es tradición, ¿no?

-¿Cómo andas de dinero, estamos a fin de quincena?

-Monedas. Bastan. 

-Mi necio viejo. 

-Mi tonta ya no muchachita. Espera, busco música. Trillada.

-¿No hay algo "mejor"?

-Encontré un texto: "En estos albores del Siglo XXI (...) el jazz se vuelve más nómada que nunca. Viajar es para los músicos el trabajo, tocar el premio. Vagar y viajar entre aeropuertos, ciudades y continentes es parte del proceso creativo del músico que intentan abrirse paso en medio del caos; del caos y de la crisis que azota con fuerza (...) la mayor parte del globo terráqueo".

-Pues no suena novedoso, jeje. 

-Vendrás pasado mañana, lunes -estábamos a jueves, jeje-, sin N, quien está con su pa aprovechando la semana santa. Debo apurarme a limpiar.

-El alma es refractaria al agua y jabón.

-Habló la apestada. 

-Una pasa. Dos, reunidas... 

-Qué malos chistes hacemos, jeje. 

-Nos falta amor. 

-¿Ves?: comprobado. Viajar y tocar. Por algo transcribí lo de aquí arriba.

-Yo no soy música. Hueseo. 

-Ya sabes a qué me refiero. 

-Los desiertos no se transcurren. 

-Va siendo hora de explicitar el detrás de tu loco proyecto. 

-No hay. 

-¿También rapearás?

Control machete! No te hablé de ellos.

-Luego, los conoces.

-Todo se conecta, aunque sea distantemente. Me gustaron esos jazzistas. 

-Minuto 7, dejemos constancia.

Viernes noche

Continuemos, hacia el minuto 20 -o salta hasta el 37, cuando cambia de tono.

Recuperándose, tu viejo se excedió en ánimos y está hecho polvo -más jeje. -El futuro reapareció ayer como calles que vuelven a esperarme y hoy hice un poco de todos los ejercicios habituados antes y no hubo buffet ni nada semejante. Quiero morir y pruebo remedios.

Memories, jeje.
La última vez que viajaste a esta ciudad, aquí al lado.

Sí, de despedida el disco soltó lo mejor.


Mañana de sábado
No cerré la compu y Youtube siguió sonando hasta detenerse en un clásico. 
Aprovecho el momento antes de marchar. 
Manzanilla en compresas, masajes con la crema cicatrizadora, entre café y cigarros. Ojeas desde tu camarita y sobra que comentes:
-Se ve bien.
-¿Pagarán hoy o mañana? Debo a todos en "la chamba". Bueno, a cuatro de once, jeje: 100, 200. ¿Estaré en el buró de crédito?
-Por si acaso ampárate. Qué terco eres con mi dinero.
-Así se templa el acero. 
-Pues quieras o no iremos de compras. Aburren esas playeras y camisas.
-Olvídalo. Son suficientes para mis necesidades. No por nada vacié dos armarios.
-Uy, ya estás de vuelta con ese hombre, jeje. Insisto: pide a los nietos el teclado que les regalaste. No lo usan hace años.
-Hora de irse.
 
Al anochecer
-Le toca presentar al Sup -dijo O.
¿Debí resistirme o usar tapabocas? Hablaríamos de movimientos sociales, arrojo, muertos, y nadie allí conoce como yo el trabajo de ese luchador. ¿Vergüenza por una pequeña cicatriz? 
No, muchachitxs y madurxs. Quienes están atrasadxs son otrxs, en el México que no sabe salir adelante y ni idea tiene del mundo donde estamos sentados, colgué en mis pequeñísimas cuentas de redes sociales.
He ahí mi lacónico reporte del día que volvió a comprobar cuán bien tratan en las calles a los viejos, excepto el Metro, jeje, cuyas puertas insistían en matarme, Tic -seguro son culpables del moretón ad eternum, si creo a Platónica, quien desde niña tiene uno gracias a ellas.  
Lunes, madrugada      
Escojo con cuidado la música y al no encontrar en video el pasaje exacto pongo esto pidiéndote escuchar del minuto 4:45 al 9:56. 
Llegas en unas horas y no sé si me ayudarás a determinar cuán desquiciado estoy, qué tan poco sirvo laboral y socialmente y cómo evoluciona mi magra salud. 
Hace dos años veo en el suicidio una alternativa digna. Nunca antes pensé en ello, aunque, según sabes, pasé momentos difíciles. 
Era sesentón y te habías marchado cuando me hicieron una de las cirugías que extrañas circunstancias forzaron para retirar la vesícula con sus cincuenta y cinco piedras -por regla doy el dato, jeje- y camino al quirófano la doctora se refirió a mi triste aspecto general -y faltaban los meses en que llegaría al borde de una peritonitis. 
-Exagera -pensé y le di la breve explicación posible sin dentadura (por cierto: no tuve pareja desde los treinta y seis años que percibiera el asunto).
Faltaban por llegar la Niña, etcétera y aquellas  últimas batallas campales con los nietos, aclaro documentando cuán rápido suelo recuperarme.
Cierto, la mujer de negro se columpiaba ya en una rama, pero no más.
¿Me ayudarás a tener mesura? ¿Hay modo? No importa. 
Volvamos a los cinco minutos musicales con que fui a dar por Charlie Parker (https://www.elboomeran.com/upload/ficheros/obras/recuerdo_a_bird.pdf).
-0-
Lunes, mediodía
Temes al exterior, explico en los diarios dedicados a ti, y en mi ciudad la cosa llega al colmo, así que prefieres quedarnos aquí hasta el anochecer, azotea mediante, por supuesto.
-¿No nos va a cantar como antes? -te pregunta una vecina. 
-Me da pena, ya no conozco a muchos -respondes y en compensación lo haces bajito para ella. Sale la siguiente
5:21 pm
Es por otra razón, seguro, que mis pies ya no se sientan cargados. ¿Te lo atribuiré? Vale, jeje. 
Entre penumbras, la un tiempo nuestra casita parece doblemente maravillosa cuando arrecia el calor. Ya no hay colchón de futón, convertido en cama, ni donde más donde tumbarse en la sala.
-Espero que no hayas tirado la hamaca -dices yendo a buscarla.
-¿Se merecerá en el vacío, jeje?
-No. De estas bases yucatecas que jamás usaste. Mientras pido un taladro ve a comprar taquetes.
-Uy, eres peligrosa cuando empiezas a patronear. 
Al rato:
-Pruébala. 
-Ni madres -contesto.
-¿Quieres quedarte sin comer?
Para edenes, este, medio mamey en mano cada uno.
-0-
8:36 pm, a cargo de la susodicha, versión sin trío, jeje 

Martes
Por la mañana te visitaron y aproveché para ver a unas amigas. Salí como quien dejó el día ideal y regreso hecho basura, aunque con ellas solo cosas divertidas pasaron. ¿Puedes explicarlo? Fumé apenas nada. ¿Echémosle la culpa al calor? 
Subimos a la azotea, mi cabeza en tus piernas mientras canturreas. 
Sobrentendidos, monosílabos, miradas, el cielo que se esfuerza en volver a los buenos años y no puede. -Cuéntamelos -pedías antes y con unas cuantas palabras creía transportarte. Hoy parezco Youtube, que está fuera de servicio, jeje. 
Quieres pasear por nuestra gran avenida. La noche es agradecida, sabes.
-Ven conmigo a casa -dices otra vez.
-Mejor préstame tu desierto. Ahora sí soy Travis.
-0-
Las queridas amigas a quien vi insistieron en que publicara un libro. Les atrae mi vida con sus pecaminosas historias, jeje.    
Leí para ellas Un distinto Terciopelo Ázul, como prueba de que pueden encontrarlas virtualmente, y quedaron satisfechas.
 
Miércoles, medianoche
Desperté como acostumbro, para escribir un rato y volver a la cama, y otra vez fuiste la Tic que pestañeando y descalza venía del cuarto por el pasillo para sentarse sobre mí frente al escritorio. Impagable momento que por fuerza recreé con tu canción.
Ni palabra tuya sobre la peste a tabaco que vuelve a recrudecerse. Ambos respetamos nuestros desvaríos. 
Mañana
Te homenajeé con frixuelos.
-Si quieres vamos al paseo ese -dices por airearme... y tirarte al pasto sin fisgoneos, jeje.
Es el San Ángel-Coyoacán vía Chimalistac. 


 
Carta
Más o menos pronto resultará inevitable dejar estar este mensajito a las crías:
Tómenlo como un acto digno. Se anunciaba hace tiempo, ¿no? ¿Para qué postergarlo? Si tienen tentación de entender mi vida, incluidos estos últimos años, lean los blogs y videitos que dejo.
Por favor evítenme la pena del velorio público y no pidan cenizas que solo incomodan. Basta cruzar la acera hasta la esquina. El servicio cuesta nueve mil quinientos pesos.   
Dejó eso ahí, semiescondido. No hay manera. Si olvido el cigarro por completo, quizá duraré algo más.
Me invitaron al próximo partido. Podría llevarte pero como no verías allí a tu Cuac como fue a lo largo de décadas en ese fundamental trance, pedí que te invitara a cenar la simpática pareja con quien haces negocios.

Jueves
¿Obras milagros o fue la contaminación lo que me puso mal y cuando bajó..? 
Vaya paciencia la tuya, aunque guardo las formas contigo. 
-No fui un dulce al conocernos, exceptuándote. Para comprensivo mi Cuac -respondes.
Ya estamos en el club de elogios mutuos, jeje.
Te debí llevar al fut. Resplandecía con nuestro humilde equipo jugando bonito y el espectáculo del Nuevo y E desgañitándose. Él y S faltaron por Covid en cepa más o menos inocua. 
No vuelves todavía, chispea y espero que vengas y disfrutemos juntos la sinfonía de gotitas contra el tragaluz y los charcos. Ahora se arrebata a truenos como metales cuya distancia redimensiona al valle y soy niño otra vez. Apura. (Qué cursi soy, jeje.)
 
Viernes
Sale sobrando la perorata en el videito que sirve para actualizar mi facha.
Esa sensual voz causa estragos en tu oído, jeje.
El resto del día no se participa al respetable, más jeje.
 
Sábado
La música que te acompaña al despertar, huevona. Se repite en los diarios por cortesía de la Mal nombrada.
Mi quincena se va rápido y no por ti. Obliga, entonces, a volver a preguntarse cuánto tiempo me queda.
2:50 pm
Más de ese quinteto. No hace falta otra cosa.
5:23
Supimos que se iba a caer. La hamaca, digo. El juego era quién tardaría más en hacer algo. A lo romántico resultaba una competencia de amor:
-Me romperé la crisma, pero contigo hasta el último minuto -jeje por si acaso.  
Claro, cada uno por separado se preparó. 
-¡Mentira! -casi grita (ella, obvio, porque no aludo a mí en tercera persona, jeje). -Hasta chirrió y yo ni palabra. 
-La posición de tus nalgas te delataba. 
-Farsante. 
El cataclismo tardó nada en producirse y quedamos tal se debía: despachurrados sobre la colorida trama vuelta tálamo amoroso en espera.
-¿Quieres gelatina? -le dije (a la madame, desde luego; con prendas no hablo). 
-Bueno -respondió sin moverse.
Y aquí andamos, ecuánimes ante la perspectiva transformada en escritorio que mi sucia cabeza vuelve oportunidad usando su hueco, abajo, para reeditar el glorioso año. Nos gana la risa contemplándolo. 
-Cabíamos, qué bárbaro.
-Todavía -le contesto a ver si muerde el anzuelo.
Levantarme no fue un acto grácil, a la manera de entonces. ¿Cómo me vería apretujados ahí? A quién interesa, jeje. 
Lleva falda mi amita y por tanto sus piernas, torneadas y jugosas al modo que muestra la foto usual en el diario, provocan. Comprendiéndolo dice:
-Acarícialas.
-Ya lo hago.
-Sí, siempre, pero también con las manos.
Al tacto, cuando menos, éstas no son de viejo y ella está acostumbrada a sentir su paso. No quieren ahora y estiro apenas dos dedos. Tengo un buen pretexto:
-Eterna se encela. 
-¿Y al dormir?
-Cree que preparo el camino a nuestro encuentro. 
-Cuac enrevesado. 
Regresa la música, anochece.
Aprovechando los aros de luz.
 

              
 

Domingo de mañana
Hoy la señito se levanta así
   
Pasa entonces a llamarse Rosita, jeje.

Anochecer

Llueve y nos metemos al cuarto de la azotea como ratoncitos agradecidos, silenciosos. Eres Eterna, descubro.

-Me volé la barda en sensiblería, Tic.

-¿Y? Quiero entrar y salir de tus sueños.

-No seas bárbara. 

-Por fa. 

-¿Y te puedo llevar bajo el escritorio?

-Voy solita. 

-¿Entonces me dejas poner mi canción preferida cuando chamaco?

-¡Síii!

-Qué tierno.
-Por si fuiste sarcástica, jeje.

Nos vamos mañana temprano a su pueblo. Yo, durmiendo.

Fin.