sábado, 30 de abril de 2022

Un viernes cualquiera

Para Última función.

¿Cómo saber cuán genuinamente amable es ese hombre nacido en una ciudad a mil kilómetros, donde hizo familia hace cuarenta años y luego se trasladó a la costa contraria para formar otra y hoy tiene pareja por el centro del país, al cual llegó mudándose de población según convenga, que me traslada vuelto chofer con jubilación, tres casas propias y vuelos comprados un año antes de usarlos, sin que lo inmute su jefa, cuya súbita elevación al cargo vuelve fracaso común, sin responsables, la costosa actividad esperándonos?

La ciudad ante nosotros multiplicó por diez sus habitantes desde mi última visita y me recibe en una pomposa terminal provinciana, accidentalmente pues bien pude llegar a otras dos, tres o más, cómo saber, tan sin chiste como cualquiera pueblerina usual, en el lío de barrios y poblaciones cuyo crecimiento las unió borrando centenarias milpas, corrales, agostaderos.

Hay tiendas, comederos, talleres levantados al ahí te va, y sucursales o franquicias de grandes cadenas que homogenizan al país con su aire respetable. Según recuerdo jamas hubo fábricas por aquí y todo es vender y comprar, con harta frecuencia en abonos que no requieren cobradores sino tarjetas y despachos para perseguir morosxs, sinónimo de ciudadanxs, a quienes se demandan solo dos actividades: pagar y votar.

-¿Qué mafias dominan la zona? -pregunto al hombre cuya preferencia electoral hasta hace poco sin duda atino (PAN), porque sin ellas (hoy prianmorenistas) no imagino cómo se mueve la economía lugareña. 

Salí de casa cuatro horas atrás enamorado del Metro y cuanto topaba: paisanos, desastre urbano que vi crecer. Volveré dos inútiles después en un autobús setenta pesos más caro que el primero, aunque no tenga baño. Es el sobrecosto para disuadir a viajeros en vía directa al centro metropolitano, pues la función es parar cuantas más veces se necesite.

-¿En qué momento volvieron comby a estas madres? -pregunto vencido por el espectáculo del país pobre y cada vez más feo arquitectónicamente, con mi vejiga setentona reclame y reclame.

Neta se requieren huevos para sobrevivir este desastre. Y celular, claro, a fin de no perderse y aliviar el alma en redes sociales. 

"Hallan cadáver de mujer dentro de bolsa", tras el cerro frente a mí en la dicha actividad, informan los diarios.

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Recuerdo aquello de el producto vuela siempre que uso la etiqueta Hombre Bueno