Joseph Conrad era un monstruo de la literatura y con justa razón le llaman sinvergüenza. Lo denosta el África negra y debieron hacerlo también los pueblos latinoamericanos. Éstos y no quienes han medrado a costa suya.
-Un moralino historiográfico -dirá asqueada Santa Academia.
-Tanto como su excelencia -responderé recordándole cuánto adjura de los movimientos sociales que para bien o mal transformaron nuestras tierras.
-¡Esas cosas dejan ríos de sangre!
-Se enfría tu té y van a dar las cinco y media. Apura, por cierto, que antes de medianoche te guillotinarán... los fondos y en consecuencia... Morir asfixiada, qué horror.
-¡Hablen al censor!
-Lástima, no opera tratándose del tema.
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