Viendo noticieros de derecha desearía que Cienfuegos fuera inocente, aunque la riada 4T resulta también insoportable y no parece entender el riesgoso juego al cual nos mete su solitario y sin alternativas presidente. Mientras, las mañas del "jefe Diego" mueven a risa buscando un salvavidas para el estúpido linchamiento: AMLO exonera al general y lo criminaliza. (Por cierto, todavía no entiendo bien a bien a quién sirve hace mucho Anabel Hernández.)
De paso: sino creen en mi marcha pregunten a las cuentas en redes sociales. Ni a medio like promedio llegan, si acaso recuerdo publicar, jeje.
Cuando tras conocerlo en 1968 confié en Ibn Simbad para llevarme por el Viejo Mundo, me equivoqué. Si sus aventuras animaban a cualquiera, las hacía en lugares que no podían interesar a alguien como yo.
Apenas tocó Medio Oriente y así, por ejemplo, nada dijo sobre la invasión de Líbano y en el noticiero quedé a expensas del rastrero jefe.
Faltaba mucho para que conociera a Robert Fisk, quien hacía sus primero reportajes allí, y mis argumentos de manual eran más o menos fáciles de desechar.
Tampoco pasó por Viet Nam y entonces no hubo cómo recrear luego a la joven que sin apoyo alguno enfrentaría a un batallón, vaya a saberse cuánto recordada o imaginada por Oliver Stone.
SIGUE
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