jueves, 21 de enero de 2021

Mar

 La llamo así porque se me agotan los pseudónimos y nos conocemos eso poco necesario para confiar a ciegas uno en otro.

Antes del pandémico tiempo vino a mi casa con la Mal nombrada, quien gusta usar este sacrosanto recinto como hotel de paso -ella e innumerables corifeos desconocen el sistema que instalé para subirlos a canales porno.

Admiro su trabajo, le parecía ideal para modelo de la decadencia y cuando nos dio sueño debimos compartir cama. 

Besarme fue un acto natural, el alcohol que había consumido la volvió atrevida y yo continuaba en el papel que corresponde a un viejo consciente del deterioro

-Volveré para continuar -dijo por ser amable.

Empezamos a intercambiarnos mensajes y pidió contarle mi vida amorosa. Resultaba una buena, inocua forma de mantener el ánimo y juro que no tuve mala intención al hacerme extraordinariamente detallista.

El chat al otro costado púsose nervioso y aparecieron los jugueteos.

Diez centímetros más alta que yo, encontré un lugar perfecto: el escalón entre sala y cocina, donde puedo sentarme y ella permanecer de pie, arrodillarse, etc. -los etc. siempre son lo mejor, ¿no?

Hoy no nos comunicamos y aprovecho para lanzarla al vilipendio público -bromeo, ya sabe, Ña Mar. 

Le gusta bailar esto cuando se aproxima.

-0-

Pasan los días, no puedo entrar al whatcoso y su regaño viene acompañado de un examen que debió tomarse y comprueba no tiene más Covid, bicho con quien lidió hace meses. Hago otro tanto, si bien no padecí ese terrible coso. Los hijos me obligaron cuando un vil catarro apenas se insinuó y ambos decidimos consultar. Ayer recibimos respuesta a la mentirosa pregunta: Siendo pareja y a condición de no contactarnos con personas ajenas sino guardando todas las previsiones, pueden tener relaciones.
-Decidido, viviré en tu casa -dijo.
-¿Y cómo hará para las fotos?
-Nada. Seguiré trabajando igual que ahora. No solo los cuerpos sirven de objeto y además tengo material viejo con el cual experimento.
-O sea, quieres morir de una manera dulce, jeje.
-¿Tanto así?
-Veinticuatro horas tras veinticuatro horas bajo el mismo techo... 
Fantaseamos, claro.
-¿Conoces El imperio de los sentidos
-De nombre. 
-Habría querido ser prostituta. Un tiempo lo pensé. Como esta película.

"No me atreví."
-Las prostitutas cobran antes de empezar, por buenos motivos mercantiles y porque el oficio y su dignidad demandan obtener lo más a cambio de lo menos. Nada, si es posible. Hacen bien, ¿no? 
-Seré tu prostituta atípica. La que tomará tus libros y también te leerá. La que podrá hablarte del mar sin conocerlo. Tengo varias líneas para ti, espera.
"Son como los finales o comienzo de poemas inexistentes.
"El romance de las sombras. La lluvia me regresa a casa. Con la mirada lo pretendes todo. Es la mejor ofrenda. Poco dice la palabra. El silencio tajante. Bailar sin luz. Ubicar los demás sentidos en una sola línea."
-0-
Le propongo seguir su fantasía, intenta hacerlo románticamente y se lo impido.
CENSURADO, JEJE, POR AHORA AL MENOS.
-¿Qué tanto de esto puedo poner en el blog?, le pregunto.
-Pon lo que quieras Quiero que me escribas.
 
-Entonces seré tu proxeneta, 
jeje
-¡Sí!
-Primero te prepararé. Entra a mi casa y mírate contra el espejo del fondo. No puedes verme ni sabes si está alguien más.  
CENSURADOS VAN, CENSURADOS VIENEN, HASTA QUE MENCIONO MI CUARTO EN LA AZOTEA.
-De veras ya tuve Covid y luego salí negativa
-¿Te quieres mudar?
-¡Síii!
-¿Segura? Porque cinturita no soy y como cliente, a menos que me cobres en cigarros...
Se acabó la diversión. Nos nos meteré en líos de cuerpo presente. ¿Seguro? Pasan los días y le doy la fecha para vacunarme -no ella, desde luego, jeje, pues su virus no tiene cómo prevenirse.
-Entonces empiezo a hacer maletas -dice.
-¿Seguiremos el uego del cliente?
-Lo que ordenes.
-Te cobraré cuota en especie.
-¿Más?
-Siempre, fantaseemos o no.
Paladearla desde ahora, cada mañana, tarde, noche, orillándola a cuanto quiera.
-¿Convencidísima? -pregunto.
-Siempre más, ¿no dices?, jaja.
  

 F:jJf-