lunes, 18 de enero de 2021

Ondas

En "canon" que no sabe cómo hacerse, hasta distorsionar.

O era hija de unos amigos y me miró con repugnancia. Meses después la joven con quien yo había formado entrañable pareja durante un encuentro continental y a la que ella conocía, reaccionó igual. 
Ésta iba acompañada por su novio, al cual rencontré cerca de mi casa. 
-¿Por qué? -pude preguntarle. 
-Olvide a esas locas -contestó para distraerme con  otros asuntos. 
Insistí y supe: era por la muchacha a mi lado aquel día: I. A O le pareció una grotesca trabajadora sexual que yo lucía. 
Confieso mi sorpresa por el atavío cuando casi recién llegada ofrecí llevarla a pasear. 
Vivía en una zona maquilera norteña y me conectó porque estaba platónicamente enamorada de alguien cercano a mí.
No era trigo limpio, como se dice, y montó una trampa aprovechando que dirigía la lucha en defensa de autos chocolate, según llaman a los traídos por nuestros migrantes al abandonar Estados Unidos. 
-Me amenazaron de muerte -dijo y este buen samaritano movió cielo, tierra y mar para darle el amparo de una organización y promover la vaquita que le permitió viajar a mi ciudad, donde la acogí.  
-¿Dejas a tu hija? 
-Los abuelos velarán por ella. 
Estúpido era. Cliente o padrote, no, jeje. Tampoco mojigato y chismoso, al modo de O, cuyos padres presumían revolucionarias estrellas. 
Por prevención no volví a frecuentar espacios en que podría topar con quienes ella trataba. 
¿I? Regresó a casa sin cumplir su delirio de amor. Pobre, menuda cabrona, saqueando al paso mi hogar, jeje.
-0-
¿Qué hay en esa historia? Simple vida transcurriendo. Molestias aparte, se agradece a la vez como enseñanza.
Detrás, pequeños mundos que tales y cuales crearon conforme a sus circunstancias. Y con ellos su eco más allá del momento, hasta este preciso instante, cuando los imagino o inquiero por ellos.       


F:jJf-