domingo, 28 de febrero de 2021

La culpable de la pobreza o "No se sabe nada" o El año es (con vecindades)

 ¿Qué es esto?, pregunto entreleyendo la nota luego de reputear contra el gato callejero que otra vez meó mi casa -creo y me equivoco, pues tras su rastro doy con unas guayabas; ¿así hago todo?

Quevedo, aliviánate.

"Es cosa averiguada (...) que no se sabe nada, y que todos son ignorantes, y aun esto no se sabe de cierto, que a saberse ya se supiera algo; sospéchase."

La obra de don Francisco, Los sueños, no se refiere directamente al título. En lo que cito, un viejo, Desengaño, le lleva a la "mayor calle del mundo", Hipocresía, donde nadie tiene casa, desnudándole apariencias.

Ya ni eso somos en los pandémicos tiempos y pueden escucharse quejas antes insólitas. Junto a ellas hasta las torpes mías palidecen.

Estoy deprimido a grados extremos, indican los cada vez más placenteros sueños, que vuelven tortura el despertar.

Hasta la reina de Saba me ruega ahí. Claro, quien paga es Platónica, con mi peste a tabaco.


"La culpable de la pobreza es la corrupción", dice AMLO lapidariamente, traduciendo su ideario. ¿O deben reconocérsele otros principios rectores? Tal vez algo como el neoliberalismo es monstruoso, lo demás está más o menos bien, y sino pregúntenle a la sustitución de importaciones y el desarrollo estabilizador, dichas mexicanas posrevolucionarias que no preciso quienes hicieron posible; Madero, Carranza... Obregón, sino hubiera robado tanto, ¿Miguelito Alemán si idem?

Ando de ultra en un momento crontraindicadísimo, cuando como quiera se sortea la pandemia y así el sector salud anuncia su rescate y habrá reforma energética, en electricidad primero y luego petrolera, Dios mediante, mientras evitan dispendios y corretean corruptos y lo robado, cuanto sea posible, claro, y becas y apoyos van y vienen y persiguen al outsourcing más pernicioso, siquiera, y seguro creen que sentarán bases para controlar al crimen organizado, y desde lueguísimo habiendo "respeto al derecho ajeno" entre naciones, paz garantizada. 

-Lo que sobra déjenselo a Dios y la familia y no sigan chingando con el patriarcado. Si a Correa le llovieron aplausos, por qué no a mí, nacos. Y no me salgan con Chávez y Evo si, acá entre nos, hasta Fidel me la pela. 

"Cada siglo nace un gran hombre", rezan relicarios tuiteros con fotos del susodicho y Martí. 

Realmente parezco viejo agrio, y neta que reconozco. Se andan batiendo allá afuera. Si unas y unos nos quedamos como chinitos, mirando, según el dicho, muy culpa nuestra.

Aunque, neta, Obrador, sueltas cada pendejada que escuece la piel... En solo el primer siglo tras Cortés se llevaron de estas tierras lo equivalente a cuanto invertirían para la Revolución Industrial.

Asegura una economista que con Echeverría empezaron a fugarse capitales y desde Salinas ya no hubo límites. Sumémosle lo tomado sin más por consorcios internacionales.

¿Costos indirectos? Digamos, universal abuso de mueres, niñas y niños.

No por nada don José Guadalupe dibujaba cosas como esta.

Vale verga.

-0-

-Vete por el café.

-Van a traer la madre esa para que no se sobrecaliente nuestra lat 2.

-Chaférrimo equipo tenemos.

-No se queje, esquizo.

-¿Otra jetita con las de Saba?

-Es mediodía, buey -así, como debería decirse sino hubiera nuevas generaciones.

-Esa última, cosa tan rica.

-Lo bonito es cómo nos velaron anoche. Harto latino y Black Lives Matter y cirios, tras casi incendiar Santa Fe por nuestro asesinato. Y la selfie recorriendo el mundo, de cuando con una sonrisa íbamos a recoger el cel que tiró al piso ese mismo policía cuyo tolete cargaba directo adonde era muerte segura.

"Y Ella que no sabía si explotar la tierra o seguir llorándonos ahí, en el pavimento."

-Estamos bien enfermos.

El año es...

Comienzo aquí lo que debería ir por aparte iniciando una serie de apuntes, viñetas o cuanto resulte al pensar ¿en?

Tomo la calle cuyo recorrido suspendí apenas entrar a ella en el momento que La parada trajo por un papel sin fecha. ¿Cómo haré, entonces? Juego al revés de aquella donde me pierdo porque ni consigo ni quiero ubicarla, dos barrios allá hacía oriente, y contemplo otra vez el patio al paso, preciso y alegórico, digamos, construido día a día y año tras año ¿desde cuándo? si las vecindades nacieron... vaya a saberse, ¿temprano en tiempos coloniales? 

-No -susurran los estudios. -Casi al terminar. 

-¿Por qué? -pregunto y al tratar de responderme doy media vuelta aunque tendría que seguirlos durante esos dos siglos y medio a la espalda, secreto de secretos, cielo caído a pedazos y rehecho. -No voltearé. Estoy al pie, mirando fijo. 

Siempre atiendo a mujeres y niños, miento, y justo ahora hay un muchacho encandilando a la jovencita con suéter y vestido de flores cuyos tonos desvaídos traen a hermanas mayores, creo por creer y fiel a los tiempos que evitan gastos superfluos. 

¿Es un cabrón el tipo y la encandila? No, me parece, pues ella recibió buenas enseñanzas y manipula también, tanto como puede, desde luego, que los machos para eso están, pobres a su vez, sé bien por el de una cuadra atrás, impotente en los reclamos a quien cuando menos hoy lo escupe con el para siempre que quizá terminará mañana o dos meses al cabo, Quieras o no, mamita, Hija de tu chingada madre, inveterada Puta

Paro al antropólogo dentro dentro de mí -jeje- para contemplar lo demás en ellos y el ancho espacio que corre hacia unas escaleras por donde suben y bajan, ¿cuántos y cómo ahora, quieta media mañana?, y se me pierde a los costados. 

(Mintieron mis primeros informantes. Vecindades había desde el siglo XVII. ¿Cómo eran, en todo caso, si puede hablarse de un modelo o designaron siempre soluciones diversas para reunir familias sin recursos, más o menos abundantes, siquiera, pues tenían clase, creo, al principio y no tan pronto poco luego, preciso, hasta tiempos de Guillermo Prieto, si entiendo bien, cosa rara ésta para el Idiota, confuso por necesidad ya. 

(-¡Santos estereotipos! -diría un Robín mexicano al asomarse al tema recordando películas onda cine de oro nacional.)

Minuto 7:52.   
6:40 y y muchos otros.
(Más a lo común y corriente, que sobreviven hoy.





(Prieto vivía en una vecindad y no era pobre. Del Colegio de Letrán la suya y así cercana a esa que atiendo ahora. Tengo el libro entre mis piernas, con tapa desencuadernada por
Juán, donde retrata sus días. Pdf no hallo y no me pondré a transcribir, lectores huevones.)      

SEGUIRÁ, PUES, A VER SI TERMINO ENCONTRANDO ALGO, JEJE.                  

F:jJf-