-¿Quién nos dirá la verdad sobre el estado económico mundial? -se pregunta Socratín, alias yo, un perfecto ignorante, quijositoso por añaduría.
Llega hasta allí el tipo tras meses informándose desde las perspectivas que Santa Utopía ofrece al presente y luego de ver dos entrevista sin relación directa con ese tema, mexicanísimas y, a su parecer, muy especiales:
-Cuán complejo todo -dígome agradeciendo a quienes hablan. -¿Pero y la economía global? -pregunto para volver a donde empecé.
Según creí entender, en 2008 se inició una crisis financiera, etcétera, que no terminaba al llegar la pandemia y luego el conflicto en Ucrania, cuyo efecto anuncia reacomodos geopolíticos sin igual desde 1492 y anexas.
Respecto a aquélla dice el infame Banco Mundial: "dio lugar a la mayor crisis económica (...) en más de 100 años. En 2020, la actividad se redujo en el 90 % de los países, la economía (...) se contrajo alrededor de un 3 % y la pobreza aumentó en todo el mundo por primera vez en una generación". Sumando la confrontación Este-Oeste y su, digamos, colateral conflicto interno en USA, reflejado por el juicio a Donald Trump, de dimensiones no comparables desde que nació ese país, pa su madre, jeje.
Busco entonces -otra vez, advierto-, a mi nuevo gurú -estoy muy atrasado, reconozco:
-En fin, allá el planeta y sus desventuras -digo regresando a la cama con ¡una todavía más reciente Eterna, a quien encuentro en nuestra mutua adolescencia, argentina, háganme favor! Este tango va solo por crear un clima, pues entre ella y yo no hay sino amor desde la primera mirada.
