viernes, 12 de agosto de 2022

Esa pequeña, bendita lucidez

Cumpliendo mis ruegos el final se aproxima sin apenas dolor y a cambio tareas y esa pequeña lucidez que permite relacionarme cálidamente con las y los demás. 

Es como un sueño donde la muerte parece promocional de Youtube, así deba dármela pronto, sin reclamos y tenga amor y dignidad.

Reviso mi casa y me amonesto por sus faltas. Necesita orden y una buena limpieza.

-Anda, pon música -pienso. -¿Pero cuál, si gasté lo mejor? 

Bueno, no importa, con repetir...

(Cerraré los ojos en un para siempre donde estará de nuevo mi cuna, sin alterar ni tantito el después.)

-0-

(Lo que sigue es vil. Lo dejo por elocuente: Casi odio, solo eso y mucho me avergüenza, a quienes se dejan hacer por las familias, entre médicos que manipulan sus cuerpos acertando o falla tras falla, y pierden riñones, piernas, ojos, memorias y sientan en sillas de ruedas o mantienen postrados y postradas; ruinas que vuelven vía crucis los días de quienes aman.)

Para marcharse nada mejor que los gloriosos días. Anoche habría sido un momento ideal, con el Potro jugando así en la División de Ni Ascenso, jeje: