Perdona, cosa, que no ponga nuestras adoraciones musicales. Como sabes, si hablamos de amor cumplido ninguna canción se compara para mí a esta.
Echo nueve años atrás y así encontrarnos donde no acostumbro decir.
Había un río, nogales, zanates que pasaban del graznido al canto y esa Tic tristeza aflorando sin envolturas, aparecida en la ciudad desierto para hacerse después melancolía dulce, amorosa, y parir un niño.
Tu Cuac era pasado y te cobijaba de vuelta por el breve momento necesario.