martes, 29 de septiembre de 2020

Tragaluz "revisitado"

 Revisitado, como la autopista del Mr., mi tragaluz resulta hoy dos tantos glorioso, pues realmente mira.

Presumo las puertas de alto y medio, los libreros que un fino artesano hizo en lo que luego convertiría en segunda habitación y cuanto mueble arrastré hasta aquí tras cuidadoso escrutinio. Adoro así el aroma a materia noble por donde quiera en los cincuenta metros cuadrados cuyo remate domina una anchurosa azotea de primera planta, para quien pueda percibirlos, desde luego, bajo la peste a tabaco. De espejos y lámparas no hablo porque

descubriría el truco para sentirme hermoso, sesentón si acaso, ni de colchones para futón y sabanas de lino con trescientos hilos, regalo para mi único matrimonio, simbólico y fracasado gracias a Santa Utopía, ¿o no, Niña que entonces pudiste ser madre?

Pero nada iguala al tragaluz casi recién colocado y su ventanita relevando la historia de nuestra privada, según llaman a las vecindades al volverse condominio.

Despierto e inclino la cabeza un poco hacia atrás para alcanzar el cielo si salto dos pisos de ruinosas paredes, una roída cortina que lavaron por última vez en 1950, calculo, y como tuberculosas toses de quien no fumo jamás y se alimentó magramente cuando niño. Imposible no recordar entonces la furiosa lucha de mi vecina al costado por una propiedad que robó a su legítima heredera y coloca cartones sobre vidrios rotos probando cuan exiguas son las ganancia de esa falsa promesa para prosperar vendida al narcomenudeo por altos funcionarios públicos y noticieros.  

Oasis, mi departamentito no oculta al país que ahora tengo a la vista apenas abro los ojos gracias al por lo demás en verdad hermoso tragaluz, fresca, única bocanada de un espacio donde remata el patio general.   

Fj:Jf