viernes, 23 de septiembre de 2022

Apocalipsis

No más Cuadernos-suplemento. Los escribo ya por inercia. Acógeme de una buena vez, Tic. ¿Dejarás que viaje cada quince días para encontrarme con crías y nietos en el estadio Potro? Solo eso. Las Eternas no volverán, prometo. 

Pregunto a Naomi Kleim (http://fobomade.org.bo/wp-content/uploads/2017/09/Esto-lo-cambia-todo-Naomi-Klein.pdf) si también de este desastre sacarán partido los Malditos.

Porque esos cinco siglos en que están sustentados parecen venirse abajo, según mis tercos apuntes. Fueron el apocalipsis, ambos, tiempos y hombres, para culturas cuyo nacimiento narra, por ejemplo, el Chilam Balam citado aquí (http://www.medina502.com/classes/faithandculture_la/lecturas/chilambchumayel%20copy-1.pdf). Por ejemplo, digo, pues podríamos comprobarlo con las Áfricas negras (¿Quién nos contará?). 

Mi país vive hundido en él. 

Mapa de las cuatro mil fosas halladas (https://premioggm.org/premio-gabo/edicion/2019/trabajos/cobertura/el-pais-de-las-dos-mil-fosas/).

Foto de Jair Cabrera.
 "Morir, dormir", digo cada poco en los Cuadernos. ¿Cuántos y cuántas en nuestras tierras creemos soñar?

-0-

Dormí once horas y no sé si volveré a encontrarme con G, quien hace otro tanto todos los días, como presumió durante nuestro primer contacto. Fue un sueño lúcido y los suyos también, sin duda. El mío cargaba con ese apocalipsis que para ella no existe, cobijada por dulces apariencias en la entidad tratada aquí: 

                         Ver a partir de 1:11:00