lunes, 19 de septiembre de 2022

Última función. 2

 

2003
Del comenzar

Él y el Nuevo volaban solos al fin, yo no podía soportarlo y cometí el peor pecado de un padre: hacerme amigo de sus amigos, jeje.
Afortunadamente tenía la terca nostalgia que me atrapaba viaje tras viaje desde nuestra nueva ciudad provinciana mirando por las ventanillas de los autobuses. Para entenderla deben ir a Desde la azotea y Dije 2004 y debió ser 2003.
Un día dije a aquéllos que no se preocuparan más. Lo hice enredándome con las palabras y su padre me odió con justa razón. Cuando llegaron ustedes, Ohsis, me hizo pasar las de Caín para permitir acercármeles, jeje. 
El interminable diario a la Inesperada irá aquí a cachos y en cuanto revela momentos que de otra forma habría guardado. Como este: 
El trabajo que encontré con los grandes amigos dejaba ingresos apenas suficientes para una pobre supervivencia y en compensación lo hacía en casa usando dos o tres horas. Eso era lo que permitía pasar ocho reglamentarias con las cositas, sin minuto nalga, excepto los domingos y agregando algunas noches completas. 
Llegaste a fines de diciembre, cuando ellos estaban en la playa y pude dedicarme enteramente a ti.
(...)
Ya advertí: tan a la deriva ambos, después y antes de que dejará de ver a los nietos, pues a su veleta iba y el regreso cada noche a casa era una muerte pequeña amenazando con la grande, sino que lo diga el irremediable "ataque de pánico" -menuda imbécil categoría- por el cual y a pretextos pedía al taxista tomar un insensato camino evitando la vía rápida, sin fugas ni respiros, desolación absoluta; tan a la deriva, entonces, tan frágiles... 
 

201X

"Sur, geografía profunda"

Prometo pasar la nota que para ustedes hice una madrugada frente al lago, dos mil kilómetros al sur. Así entenderán el título de esto, aunque lo intuyen, desde luego.
Apenas regresé las hermanitas me convocaron, no hubo tiempo para contarles y el día siguiente amanece con cuatro parejas y media durmiendo como pueden y quieren en la casita. 
Sombras, todos iluminamos... la sombra, claro, y cada una a su modo. Yo parezco estar allí y cada vez más ando en otra parte y ruego se marchen los demás para ocupar de nuevo mi soledad.
-0-
Este apunte no debería estar aquí, E y S, donde sólo cabe lo trasegado. ¿Simplemente me equivoqué o nos conduzco a un punto oculto también para mí?
Las primeras búsquedas, a los veinte años, fueron hacia el norte. ¿No había o no entendía el abismo?, pregunto al yo de entonces, que no puede contestar, así estemos cara a cara, en presente los dos. Presente perfecto hoy, aclaro, pues apenas contengo la necesidad de hablar con la Inesperada.
-0-
En sus vacíos y su lenguaje cifrado los cuadernos terminan asemejándose a una novela, creo. El primer miércoles de mis sesenta y nueve años, saben por fin sin dudas que son uno, este a la vista. El resto apenas se insinúan, sin importar lo mucho detrás de ellos.
-0-
"Sur, geografía profunda", pues. Saco de la maleta los papelitos que encontré en el cuarto de hotel cuando esa madrugada una semana atrás no había más donde escribir. Huelen a trópico húmedo, mil seiscientos metros sobre el nivel mar, deducimos entre la niebla, pues los cafetales necesitan altura y de mañana hubo una visita a ellos:
El lago frente a mí tiene una calidad fantástica con su cordillera al fondo. ¿Existe o es nuestro hotel quien nada en la imaginación, sólido que se desvanece en el aire contra esa terca tierra bien enraizada en milenos de historia, como las montañas que un volcán corona?
-0-
El Sur geografía profunda está por todas partes un mes después del viaje y basta con andar por nuestra ciudad. Lo encuentro en las charlas con Armando, Emilio, Fernando, o al buscar a Aldebundo entre rutas un poco enredosas, y sus miles de compañeras y compañeros, o en el campamento que se vuelve mi segundo hogar y representa a multitudes. Aparece también durante las nuevas pláticas sobre el joven sin rostro (
Ni perdón ni olvido).
Me muevo allí sin dejar huella, S y E, pues no hago sino acurrucarme. Si algo aprendo no servirá para nada ni nadie, incapaz como soy de traducirlo y tengo a la edad en contra. Ocasionalmente lo que me pasaba desapercibido se descubría madurando dentro de mí. Ahora lo aprovecho por instinto. ¿Para qué? Imposible saber. 
Sigo en la azotea a mis ocho años. Sólo llegan reflejos. Entre el campamento, Lupita es una nueva Felícitas.
-0-
No puedo resistirlo

 
SIGUE