jueves, 8 de septiembre de 2022

¿Se podrá, Latinoamérica?

"Una generación ganó un plebiscito con todo en contra (1988) y otra generación lo perdió con todo a favor (2022)", escribe alguien en el tuitcoso refiriéndose a Chile. Y una joven sobre Brasil: "En la encuesta de hoy, Lula 44%, Bolsonaro 34%. Ganar en la primera vuelta cada vez se queda más distante".

¿Cuánto tiempo de nuestro subcontinente supura allí? Un siglo, digamos por ser económicos. ¿Dónde están los apuntes que hice tras el esperanzador octubre de 2019? Sin apenas experiencia sobre la materia, en tanto al presente empezaban por Octubre y el derecho a la resistencia (http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200519040510/Ecuador.pdf), cuya introducción dice:  

"La segunda década del siglo XXI cierra en la región andina con la política disparada en las calles. Manifestaciones, marchas, paros, performances, concentraciones, cortes de ruta, asambleas, etc., arrojan el nervio de la política al espacio público. En inmensas movilizaciones, miles y millones de cuerpos acercan su indignación mientras reconfiguran las querellas fundamentales que instituyen lo político. Frente a esa proyección, los poderes impugnados despliegan una puntillosa voluntad intimidatoria que combina llamados al combate del enemigo interno, descargas fulminantes y persecución judicial. Contra la apropiación societal de la política, llueven proyectiles. El temor al caos del movimiento se mira en el espejo inverso de su promesa de un futuro abierto. La insurrección popular chilena (que comenzó en octubre de 2019) aparece hoy como la expresión más elevada de tal promesa: una indómita politización popular en capacidad de operar, a la vez, como fuerza crítica y acción del común comprometida con la construcción de la nueva república, poder constituyente. La expandida violencia estatal no ha alcanzado a contener el estallido social al que la omnipotente elite chilena designa desde el desprecio. La expresión irrefrenable de la soberanía popular ha abierto siempre, más allá de los confines del pensamiento conservador, la sospecha de un eventual hundimiento del sistema democrático. Dicho quiebre tomó plena forma, paradójicamente, en torno a la movilización ciudadana de noviembre de 2019 que en Bolivia impugnó la opción re-eleccionaria del entonces presidente. La resistencia al poder político perpetuado –aún a través de las urnas– terminó por abrir cauce a un motín cívico-policial que, condensando diversos malestares, aupó la captura por la fuerza de la presidencia del Estado plurinacional. Desde entonces, el Gobierno de facto reivindica su legitimidad en los orígenes pacíficos de la ´revolución de las pititas´.1 Las expresiones colectivas de la voluntad popular pueden poner en cuestión la legitimidad de un Gobierno que dice representar al pueblo, pero pueden a la vez perderse a sí mismas en las formas de gobierno que apoyan o que terminan por instituir (Butler, 2019). La violencia de las fuerzas golpistas impidió que organizaciones campesinas, vecinales, sindicales, indígenas –afines al depuesto presidente– consiguieran prolongar su despliegue en nombre, también, de la soberanía democrática resquebrajada entre balas y biblia. La multitud disparada recondujo su acción en funerales, vigilias y asambleas. La apertura anti-neoliberal de la revuelta chilena y el neo-golpismo boliviano se colocan como los polos extremos de una dinámica de conflictividad que signa la turbulenta transición política de la región. Ni los presurosos anuncios del fin de ciclo progresista, ni los cómodos alegatos liberales sobre la pax post-populista advirtieron que el péndulo izquierda-derecha habría de balancearse en medio de tal nivel de incertidumbre, violencia e intensidad de la lucha política. Entre uno y otro polo se hilvanan historias de precariedad, indignación y protesta que reconfiguran los proyectos políticos que han venido confrontándose desde fines del pasado siglo."

Los ensayos que van allí se concentran en Ecuador, donde la derrota electoral del correísmo durante 2021 puede entonces entenderse. ¿Vale también para explicarse el factible, próximo traspiés de Lula en Brasil? Escuchemos primero a esta mujer:

¿Y los nuevos impulsos, venidos de las profundidades? Vale leer "Marcha de mujeres negras en Brasil cumple objetivos en su VIII edición" (https://www.telesurtv.net/news/brasil-marcha-mujeres-negras--20220801-0018.html). 

¿Y Chile? "Plebiscito (...) crónica de una dura derrota" https://www.lemondediplomatique.cl/plebiscito-en-chile-cronica-de-una-dura-derrota-por-rony-nunez-mesquida.htm

En Colombia... y Argentina...

Paro, fue suficiente por hoy, jeje.