El
producto vuela siempre que uso la etiqueta Hombre Bueno. No importa si
lleva años en exposición, si de él comieron los ratones, enmoheció,
perdió el aroma, se agrió. Sobra dónde lo coloque, en la vitrina o el
último estante. Viene incluso mejor que esté en un rincón, asomando
apenas, y el cliente crea que lo topa al azar, o más aún, que lo
descubre, pieza única, enjoyada sólo a sus ojos.
De
modo de no gastar el truco, suelo hacerlo una de cada tres Navidades.
Lleno la caja y huelgo el resto del año. De nada más que uno, claro. Los
otros dos, ni modo, paso hambres.
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Esta
vez me di a los derroches y a principios de agosto ya empieza la sequía. Para
aguantar de aquí a diciembre del año que viene junto periódico, hago colección
de colillas, busco un zagúan a propósito y practico la más rentable forma de
estirar la mano.
-No, Señora Conmiseración, deje de pasearse por aquí. ¿No ve que disfruto
también dormir a cielo abierto y tener pretexto pa platicar con los que sueltan
la moneda y con los que se la guardan, da lo mismo? Y total, sigo holgando,
¿no?
De pilón los nietos se divierten como locos en las pijamadas con la Jornada y
El Universal de manta, descubriendo los secretos de la noche gorda.
En la última temporada como ésta fue que el Emi se enamoró pa siempre de la
luna y el Sebas aprendió a tocar la armónica.
Qué hueva si siempre pudiera ir al súper, dormir en cama, rasurmarme y
peluquearme, enverdecer por falta de aire y sol.
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Esas dos viñetas pertenecen a La ilusión viaja en tranvía y quería escribir ahora en Última función, blog que FB castigó hace rato por una denuncia ya sin sentido.
Debería hablar ahora de la geopolítica estadounidense, tras escuchar a especialistas cuyas explicaciones no deberían asombrarme sino por la precisión y que me impactan hasta desde lo más ñoño: Washington es experto en producir conflictos y un total inútil para terminarlos. Porque de eso trata la cosa, cuando menos respecto a los intereses armamentistas que operan en el establishment profundo, ¿no?
Otro bobo asombro del día: en Perú, catorce candidatos presidenciales llegan a los comicios casi empatados. ¿Ese país tiene solución? Se entiende a Haití, el triángulo norte centroamericano y la Colombia donde llevan treinta años asesinando cuadros y simpatizantes. El antiguo centro imperial inca parece una mala broma.
Hace poco hablé con cierta seria joven confiada en el triunfo de la izquierda, que finalmente se lleva diez por ciento.
F:jJf-
