Lo vergonzoso no fue la solicitud de una vaquita para que publicara estos cuadernos, sino pensar en editarlos por mi cuenta.
Sino me creía escritor hecho y derecho, menos, aspirante al reconocimiento, sobre todo inútil, pues el natural hasta sabe bien. Perseguirlo haciéndose vendedor de sí mismo merece cárcel, así tenga uno dotes.
-No basta bailar bien, hay que mover el culo, reza la máxima en círculos literarios -dijo quien estimo.
-¿De dónde sacas eso? -pregunté.
-Me lo susurró X al hacernos amigos.
No daba crédito, porque a éste lo tenía en alta estima gracias, justo, a su presunta integridad.
Que Quevedo, Mozart y demás de un etcétera inveterado, sirvieran a archiduques y banqueros, pase, que vivir desahogadamente ayuda al buen parto en los poseídos. El culo batiéndose donde se pueda suena a Tómelo usted cuando quiera, y soltado por tinterillos empeñosos, cómo decirles.
¿Con echar atrás basta en mi caso? No, creo. De Covid 19 no moriré. Vomitando, faltan cinco minutos. Esperen, fumo un último cigarro.
F:jJf-