-Espera -contesto-, leo la tarjeta de presentación que hice: Andar por ahí a la manera de los más, cojeando; mirar hacia fuera y hacia adentro, por obligación antes que por voluntad, sin mayor aprendizaje pues lo hago perdiéndome en lo mirado. Y así: criador, adorador del pueblo, amante...
-Para. ¿Qué te pido?
-No sé.
-¡Cuac!
-Son oficios no remunerados.
-Hasta ahora.
-Vaya necia.
-Vienes o vienes, punto.
-¿Ves? Apenas se vuelven patrones lo patean a uno.
-Pobrecito. N necesita abuelo y le prometiste...
Pizarro.
-Saca de esto al enano.-Si hablamos de él, carajo.
-Con hijas o nueras mal habladas no la llevo.
-Ya que tocas el tema, necesito macho en la cama, la hamaca o donde quieras.
-Llamo usted a una agencia equivocada. Aquí solo hay lesbianos.
-Estamos en cuarentena y crisis económica, olvidas. Quién vendía tacos hoy se dedica a los pambazos.
-Calle, cínica, que vuecencia tiene trabajo garantizado. Compositora, menuda profesión. Peladitas y en la boca es para ti el asunto.
-Envidioso.
-¿Y luego? ¿Cuál ofensa?
-Basta. Entras este lunes próximo.
Dos compases de intervalo.
-Ah, no, eso sí que no. Nada de "canons", vas a pervertir musicalmente al enano.
-Chíngaste.
-Bueno. Empieza a armar las maletas.
-0-
Al día siguiente fallo en un trámite oficial y llamo a mi amita.
-Individua, agrega a la tarjeta de presentación: sicariato.
-¿Por?
-Ya no tengo huellas dactilares. Se van con los años. ¿Todavía pretendes que sea tu amante? ¿Me dejarás sacar de paseo a N cuando puedo olvidarlo en el camino?
-Es muy despierto ese niño, apriétate a su mano.
Fj:jJf