viernes, 6 de noviembre de 2020

Imágenes

Acompañemos la nota con está canción cuya letra puede encontrarse en Campanadas de liber.

Mi cabeza está plagada de imágenes como las mostradas más adelante. Hay otras que les seguirán con un espíritu distinto.
Hace años escribíMenudo espectáculo: el tipo que sirve de sombra a su ama y llegado el momento tendrá que llevársela con él a empujones. Imagino el ridículo show final: ella tirando patadas, escupiéndome, un improperio tras otro, y yo jalándola.
Y después: El hombre con prisa no mira el reloj. Hace tiempo sabe que la hora marcada se adelanta y revisa los trajes ceremoniales. Cuando toque, si elige el primero será para tenderse sobre la cama y esperar. El segundo lo conducirá a las montañas, solo entre coyotes.
Digo eso robándome un conmovedor cuento y una leyenda india.
¿Por qué decía esas cosas si la muerte me parece lo inaceptable y afirmo que viviré al menos tanto como Matusalem?
Ayer sepultaron a Robert Fisk. Tenía solo un año más que yo y me siento huérfano. ¿Quién nos guiará ahora por Medio Oriente y el sentido común, del cual carezco peleando contra estupideces? 
Ganar mínimo reconocimiento público. Vaya tontería. Ni por sobrevivir económicamente merece la pena.
Debía bastarme la mañana pasada con E, quien cumple el vaticiniolos nietos volverían al alcanzar su adolescencia. ¿Crees haberte librado, S? Espera diez minutos y verás.
Mi cabeza atestada por imágenes. A un lado ese par de gigantones, los libreros, el tragaluz y las luces circulando entre el caprichoso departamentito donde vivo, mientras me levanto para encontrar la ventana que copia el encuadre de nuestro cine nacional en tiempos gloriosos. O mi amita Tic, su N y el mar al pie. O quienes en un santiamén se hicieron hermanos virtuales.
Fotos y otra vez Dylan para recrearlas.

    







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