domingo, 8 de mayo de 2022

Excluidos

El quizás mayor experto mundial sobre la violencia asegura que vivimos una auténtica shoa, como llamaban los nazis a su "solución final". Los excluidos deben alcanzar entonces el setenta por cierto de la población*.

A cambio, quienes restan reciben privilegios extraordinarios, aprovechando la mayor revolución científico-tecnológica en nuestra historia.

El modelo se echó a andar hace cuarenta años y lo disfruta una mescolanza de ladrones, expertos y vivillos funcionales estilo influencers. Para estos últimos hay viviendas, viajes, comercios y servicios en general -hospitales, gyms y demás- con los cuales no soñaron siquiera las generaciones previas desde el inicio de la civilización. Véase sino Instagram y Tiktok, donde "nosotros el pueblo"* apenas puede creer que existan tales robots, aviones privados, bellezas femeninas y masculinas, conocimientos científicos, recursos financieros, etcétera. 

Allí mismo, destinados y destinadas a desaparecer dan el tristísimo espectáculo de intentar imitarlos y tragan cuanta basura mediática les ofrecen, mientras otras y otras se esfuerzan en revelar verdades monstruosas. 

-Me acuso -confiesa ante un jurado la responsable de seguros estadonunidenses -de callar hace treinta años, cuando era nadie, cómo vendíamos polizas que literalmente asesinaron a millones. 

-Es secreto bien guardado -dice un prominente médico, paisano suyo -que la tercera causa de muerte es la negligencia hospitalaria. 

-Sí, Trump me ordenó lanzar misiles a México, cuando hacía la desesperada campaña por reelegirse -sostiene el ex responsable del despacho correspondiente, ante congresistas que intentan disuadirlo en dar testimonio.

-Vean estas imágenes sobre Libia, Irak, Afganistán, Siria, Yemen... ¿Quieren pasárnoslas por ocurridas hoy en Ucrania? ¿Y las otras, donde cuerpos sin vida se mostraron el lunes pasado con rigor mortis en calles que no tienen rastros de sangre? 

Ya ni referirnos a las insistentes pruebas sobre el apocalíptico cambio climático, negadas un día sí y otro también.   

Quienes se resistieron a subir al carro en los años ochentas, noventas, dos mil, pagan a conciencia deslizándose al fondo.

Apocalipsis renacentista

Apocalipsis now, robándole el título al famoso director.

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