martes, 3 de mayo de 2022

Mar

                       Quiere sentirse como esta música.

A lo verdadero se trata de crear un vínculo amistoso más estrecho. Lo que cuento aquí traduce charlas, risas, solidaridades. El acento pícaro sazona la cosa.

Así le llamo, Mar, para guardar su identidad, y hace rato no la veo, ni virtualmente, como es costumbre, ni en el en vivo de ocasión.

Nuestro juego se llama Hazme tu proxeneta  y cada quien cumple a conciencia su función.  

Llegó sin experiencia profesional y he ido guiándola por los caminos perversos que años de práctica me descubrieron y su moreno lascivo anima. 

Viene hoy al departamento y debe aprovecharse la oportunidad. 

Alta, para recibirla me sentaré en el breve descanso entre sala y cocina, desde donde maniobro a conveniencia. 

-¿Quieres que vaya? -preguntará dócil, según acomoda al papel. 

-Sí, aquí, de pie frente a mí.

Esperen, que timbra.

-0-

A día siguiente se marcha con el alma de los dos aliviada. Nos volvimos cómplices y eso no es moneda común. 

Cambié el primer escenario por mi mesa de comedor, donde cada uno soltó sus intimidades sin pelos en la lengua. Hubo orgasmos, desde luego,